Cómo organizar una boda sin morir de un ataque de nervios.

sábado, 10 de enero de 2015

Empezamos con las citas.


Llegó el día, sábado, dos visitas concertadas para ver posesiones que se acaban convirtiendo en tres por un último fichaje de última hora, que gracias a dios bendito también tiene nuestra fecha vacía (sólo por eso ya se merecía una visita jaja). Empezamos el maratón con una visita a las 10, otra a las 12 y la última a las 13. Un ritmo bastante bueno contando que día 6 me enteré de que me casaba. 4 días han pasado desde entonces, 4 días en los que me he dedicado a flotar y a investigar sin parar para poder encarrilar lo que posiblemente se convertirá en uno de los días más importantes de mi vida.




Pero puedo decir que la mañana ha sido productiva y positiva ya que las tres opciones me han parecido bastante buenas, el tema precios ya es otro mundo, pero todas se adaptaban a lo que más o menos iba buscando. Incluso os digo que a una de ellas la descarté en un principio porque no me gustaron las fotos que salían publicadas en internet y hoy en persona me he quedado alucinada porque no tenía nada que ver una cosa con otra. Así que primer consejo aprendido es no basarse únicamente en las fotos que nos enseñan en las webs. Así que menos mal que me la recomendaron porque seguramente sino me hubiera quedado sin verla.

Realmente ahora mismo lo que estoy buscando es: ver opciones para poder coger criterio y poder elegir la mejor opción de todas. Esa opción con la que nos sintamos identificados, esa donde podamos idealizar ese gran día y esa que se adapte a nuestras necesidades y posibilidades económicas. Ya que en el poco tiempo que llevo inmersa en este mundo me estoy dando cuenta de que el dinero todo lo vale (realmente como en muchos aspectos de esta vida), pero en este sobre todo es una pasada. Puedes tener una boda de lo más barata (que realmente barata nunca será, pero por llamarle de alguna manera), hasta la boda más cara del mundo porque añadiendo y añadiendo la cosa se va de madre en un momentito de nada.

Ahora llega el momento de sentarse con calma, de sacar números, de buscar alguna que otra opción más para contrastar y de volver a hacer las visitas de las que más nos gusten con nuestros padres. Porque al fin y al cabo, ellos van a ser una pieza fundamental en todo esto.


No hay comentarios:

Publicar un comentario