Cómo organizar una boda sin morir de un ataque de nervios.

domingo, 8 de febrero de 2015

En busca de "EL VESTIDO": Día 2. Segunda ruta.

Misión: encontrar mi vestido. Punto de encuentro: Can Joan de s'aigo. Hora: 9:20 AM.
Ahí estábamos, segundo día de ruta para encontrar mi vestido. Pero imposible poder hacerlo con el estómago vacío y llenarlo en Can Joan de S'aigo nos pareció que era la mejor opción del mundo. Con un cuarto y un café con leche os aseguro que las cosas se ven muchísimo mejor.



A las 10 teníamos cita en Aire Barcelona, en la calle Bonaire de Palma. Había hecho los deberes y había ojeado sus diseños por internet (haciendo una selección previa) y la verdad es que iba con muchas expectativas porque estaba muy dentro de lo que yo quería. Y ahí fuimos todo el equipo otra vez (mis tías, mi prima, mi abuela y mi madre) y una chica muy simpática nos recibió y nos hizo sentir como en casa desde el primer momento. El problema fue que no todos los modelos que me gustaban estaban en la tienda, pero la chica supo enfocar mi idea y me ofreció muchos vestidos que podían encajar con lo que estaba buscando. Era una tienda pequeñita. Yo me la imaginaba grandísima, del estilo de Pronovias, con dos pisos, mil habitaciones...pero no...sólo tenía una habitación y una dependienta, pero creo que hacía el sitio mucho más personal y más íntimo, pero hacía un frío que no os lo imagináis jeje. 





Y otra vez, ahí estaba yo, en ropa interior y con cancán. Eché de menos que no me dejaran unos zapatos porque mi estampa con mis calcetines negros dejaba bastante que desear, pero cualquiera se los hubiera quitado con el frío que hacía. Me probé por lo menos unos 7 vestidos, y entre ellos, hubo uno que me pareció PERFECTO!!. Era totalmente lo que estaba buscando, se adapta a mi presupuesto y encima me sentaba que ni pintado. Todo mi equipo estaba de acuerdo, pero seguían pensando en el de la semana pasada de Pronovias, que realmente era muy parecido pero tenía un punto quizás más especial, por decirlo de alguna manera. Pero también se enamoraron de este. Dilema: nos gustaban los dos porque cada uno tenía un punto que destacaba sobre el otro. Pero lo bueno es que no es lo mismo tener que elegir entre dos vestidos, que tener que elegir entre un millón!!! Me quedé con buenísimo sabor de boca, por la profesionalidad de la vendedora y por lo bien que me sentí en la tienda y nos dirigimos a nuestra siguiente cita: Rosa Clará.


Si en Aire tenía las expectativas altas, en Rosa Clará ya ni os cuento, por las nubes estaban! Hasta que estube allí...Entramos y nos sentamos en una mesa solas, nos dieron unos catálogos y nos dijeron que eligiéramos que vestidos quería probarme. Como en Aire, no tenían todos los vestidos que aparecían en el catálogo y justamente, sólo tenían uno de los que me gustaron en su página. Le comenté mi problema a la chica, porque me gustaban vestidos de la temporada anterior y de la nueva, y con muy pocas ganas me dijo que no los tenían, que los de la temporada 2014 ya estaban todos vendidos y que no les quedaba nada, y que los de la nueva que quería no los tenía pero que "si eso los podíamos pedir". Me resigné y elegí unos cuantos del catálogo por poder probar algo, porque claro, no iba a entrar a probarme sólo para un vestido. Y ahí volvía a estar yo, en cancán y ropa interior. Me dejó unos zapatos que tenía "por ahí", me pidió mi talla, no se para qué, porque de todos modos me dio esos zapatos que ya estaban allí antes de que yo entrara (una talla más grande de la que calzo). 


Me trajo mi primer vestido, me lo probó y no me convenció. Y la chica no ayudaba, no era capaz de ajustarme el vestido con las agujas, el vestido se me caía y para que mi familia me lo viera bien tenía que estar todo el tiempo sujetándomelo para que pudieran hacerse a la idea. Y así igual con todos los vestidos, la chica no tenía ni idea de como ajustar un vestido y en lugar de llamar a una compañera para que ocupara su lugar prefirió quedarse ahí y "destrozar", por así decirlo, nuestras expectativas en cuanto a la marca. Se supone que una empresa con tanto renombre como Rosa Clara, cuenta con un personal inigualable, en cuanto a profesionalidad y personalidad. pero les doy un cero. 

El trato fue NEFASTO. La chica no era nada resolutiva, veía que no me estaban convenciendo los vestidos, que no sabía ajustármelos y no fue capaz en ningún momento de plantearnos ningún tipo de solución. Contemplamos la opción de cambiar el escote y no fue capaz de marcarnos la forma con las agujas. Le pedimos que nos trajera un tocado para el pelo y nos trajo algo que no le pedimos porque no entendía nada de lo que le pedíamos y se quedó ahí tiesa sin darnos más opciones. ¿Hola? Te quiero comprar un vestido de más de 2000 euros, me puedes atender en condiciones por favor???? Si no hay algo, ofréceme otra cosa, dame opciones, algoooooo...Nos quedamos todas alucinadas, sobretodo cuando la chica vió que estábamos allí esperando con el vestido y nos dijo, bueno y qué hacemos?...¿Qué hacemos de qué? Una auténtica vergüenza. 

Hasta el último momento me quedé esperando a que me ofreciera la opción de pedir los vestidos que yo quería, pero no, no llegó dicha oportunidad, porque dejó que nos fuéramos con una cara que era un poema. La dependienta era una chica muy guapa, si, pero que desprendía desgana por todos los poros de su piel. Personalmente, creo que las dependientas de tiendas de vestidos de novia tienen que ser de una pasta especial, porque no es el mismo trato recibido cuando vas a comprar unos vaqueros, que un vestido para uno de los días más importantes de tu vida, sea del importe que sea. Creo que para ese puesto o vales o no vales, sin más. Yo pienso que las chicas deben hacerte sentir guapa, ayudarte si ven que no encuentras lo que estás buscando y sobre todo hacer sentir a la clienta como única, y más en una firma como Rosa Clará. Si os planteáis hacer una visita a la tienda, espero que nos atienda la misma chica porque sino de lo único que tendréis ganas es de volver a salir de la tienda tal y como habéis entrado.  

Mi balance de momento es que me quedó sin duda con Pronovias y con Aire Barcelona, por sus vestidos y por la experiencia en sus tiendas. Un 10 a las dos. Pero: ¿Por cuál me decidiré? 


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